La Navidad nos trae alegría y unión, las familias se encargan de tener sus casas decoradas y los almacenes de ofrecer la tendencia navideña del año. Pero, ¿Realmente conocemos la gracia que nos trae celebrar la Navidad?, ¿Cómo y qué se celebra?, ¿Qué “decoración” es prioritaria para recibir los presentes Navideños?.
Navidad es un término que viene del latín “Natividad” que celebra el “Nacimiento del Salvador, Dios con nosotros Emmanuel”, a quien llamaron Jesús de Nazaret. El 24 de diciembre es un día que definió la Iglesia Católica para celebrar el nacimiento de Jesús por el “día de la luz que nace de lo alto”. Por su parte los romanos celebraban el 25 de diciembre la fiesta del Nacimiento del Sol invicto, asociada al nacimiento de Apolo. El 25 de diciembre fue considerado como día del solsticio de invierno; cuando Julio César introdujo su calendario en el año 45 a. C., el 25 de diciembre debió ubicarse entre el 21 y 22 de diciembre de nuestro Calendario Gregoriano. De esta fiesta, se tomó la idea del 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesucristo para evitar la fiesta pagana.
La decoración del pesebre se la debemos a San Francisco de Asís, la historia dice que Dios le encomendó la labor de cambiar su Iglesia, era el año 1.223 y San Francisco se encontraba en Rieti, una pequeña población de Italia, donde se ubicaba la ermita de Greccio. Fueron invitados los pobladores al lugar donde vivían los frailes y prepararon en una gruta el altar con un pesebre, junto al que pusieron una mula y un buey.
Tomás de Celano un fraile italiano medieval de la orden de los Franciscanos, poeta y autor de tres biografías sobre San Francisco de Asís, escribió:
“la Encarnación era un componente clave en la espiritualidad de Francisco y quiso, en aquella ocasión, celebrar el acontecimiento y hacer algo especial que ayudase a la gente a recordar al Cristo Niño y su nacimiento en Belén. Inspirado por el Evangelio según San Lucas (2, 1-7), unos quince días antes de la Navidad mandó llamar a Juan de Vellita y le dijo: “si quieres que celebremos en Greccio esta fiesta del Señor, date prisa y prepara prontamente lo que te voy a indicar. Deseo celebrar la memoria del Niño que nació en Belén y contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno”. Se rindió honor a la sencillez, se exaltó la pobreza, se alabó la humildad y Greccio se convirtió en una nueva Belén. Para una celebración tan original Francisco había obtenido el permiso del papa Honorio III. La homilía corrió a su cargo, pues era diácono, y mientras hablaba del niño de Belén, se relamía los labios y su voz era como el balido de una oveja. Un hombre allí presente vió en visión a un niño que dormía recostado en el pesebre, y Francisco lo despertaba del sueño. La gente volvió contenta a sus casas, llevándose como recuerdo la paja, que luego se demostró una buena medicina para curar a los animales.”
*San Lucas (2,1-7)
"Por aquellos días Augusto César decretó que se levantara un censo en todo el Imperio romano. (Este primer censo se efectuó cuando Cirenio gobernaba en Siria). Así que iban todos a inscribirse, cada cual a su propio pueblo. También José, que era descendiente del rey David, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a Judea. Fue a Belén, la Ciudad de David, para inscribirse junto con María su esposa. Ella se encontraba encinta y, mientras estaban allí, se le cumplió el tiempo. Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada."
Por esta razón los pesebres no son áridos, como pudo ser la característica en Belén, los animales, pastores y los reyes magos, indican que la fiesta del nacimiento es para todos, que con humildad se lleva todo el rebaño de Dios. La invitación es a llenar los pesebres porque esto simboliza abundancia y a reconocer los nacimientos que solo tienen a la Sagrada Familia, pero que igualmente en Navidad se les debe enaltecer su presencia, y poner en un lugar importante de la casa para llamar la gracia del nacimiento del Salvador.
La noche buena, nos deseamos buenos augurios para el 25 de diciembre, pero hacemos novenas de aguinaldos para traer la intención y la preparación para el Nacimiento de Jesús, nos ayuda a materializar y concretar las bendiciones que queremos recibir. La Carta al niño Dios es el mayor regalo que nos ofrece el Ángel de la Navidad, por eso debemos escribirla concretamente y ponerla desde la novena, debajo del niño Jesús.
Los Reyes magos por su parte, tienen una hermosa historia, no eran reyes pero si Magos, Astrólogos y Astrónomos que por la cuadratura de las estrellas profetizaron la llegada del Salvador. Melchor, Gaspar y Baltasar en su camino por encontrar al “Rey de Reyes” visitaron a Herodes el rey de Galilea para que les presentara al pequeño niño, pero el rey no tuvo una respuesta. Así que siguieron su búsqueda hasta encontrarlo el 6 de Enero, ofreciéndole Incienso, Mirra y Oro, que simbolizan respectivamente Divinidad, Humanidad y Reinado. A esta fiesta se le llama Epifanía porque es la manifestación de Dios.
* (Mateo 2, 1-12).
"He aquí que unos magos de Oriente llegaron a Jerusalén diciendo: ¿Dónde está el recién nacido rey de los judíos?... Y he aquí que la estrella que habían visto en Oriente, iba delante de ellos, hasta posarse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella tuvieron un gozo indecible. Entraron en la casa y encontraron al niño con María su madre, e inclinándose le adoraron. Y abriendo sus tesoros, le ofrecieron oro, incienso y mirra."
Sin embargo no todo fue tan hermoso, el Rey Herodes decretó acabar con todos los niños menores de 2 años nacidos en Belén, para asegurarse que el anunciado Mesías, futuro rey de Israel fuera asesinado. Esta “fiesta” la celebramos el 28 de diciembre como un día de burla, pero su verdadero significado es un luto por esos niños.
La gracia de la Navidad finalmente, la trae el celebrar que Dios está con nosotros, que nos acompaña y ayuda, de forma material y espiritual; mientras lo llamemos por su nombre y reconozcamos que está en nosotros como Espíritu Santo.
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