top of page

PENSAMIENTOS DE UN DÍA CUALQUIERA DE CUARENTENA AUTOIMPUESTA

Foto del escritor: artesantadelalmaartesantadelalma

Actualizado: 9 may 2020

Los sueños rotos se acumulan en el camino de nuestra vida y al devolvernos en la memoria, nos laceran nuestros pies por transitar el sendero con los pies descalzos. No miramos ni nos dirigimos al pasado para evitar sentir viejas heridas que no han sido sanadas por la terquedad de no querer escucharnos a nosotros mismos. Tampoco miramos al futuro, presas de la desesperanza, porque la ausencia de control camuflada y enmascarada para nuestra mente como caos, nos hace ver en el porvenir de una calamidad esperada, aunque no cumplida. No es cómodo ver cómo hombres y mujeres valientes han perecido en luchas justas, mientras los cobardes disfrutan de sus resultados, y a la vez, increpan a los involucrados. Nos cuestionamos por la bondad y es un proceso de nunca acabar. Nos decimos frases simplistas "somos lo que comemos", aunque a ese bocado le falta un pedazo. ¿De qué sirve la comida ingerida pero no aprovechada? Somos unos bulímicos en cuanto a la virtud se trata. La ingerimos por obligación pero la regurgitamos por confort. y siendo así ¿de qué sirve el amor si no es aceptado, sentido, vivido y en especial, agradecido?


Estamos en tiempos confusos donde la seguridad viene de una voyerista detrás de una cámara. La libertad se ha reducido a la elección del yugo que nos ayuda a desvalorizar la vida.

Pero puedes elegir, eso dicen. Puedes elegir la droga que te mata lentamente, pero te da un cupo en un grupo y una identidad. Puedes elegir el auto que te hace miserable y que a cuotas te da la aceptación social anhelada pero jamás alcanzada. Puedes acabar con la vida en el nombre de la libertad y amparo en elegir sobre tu propio cuerpo, pero se nos olvida que para que haya libertad, primero debe estar la vida. Puedes evadir tus responsabilidades argumentando que la responsabilidad es de otro. Está permitido refinar el odio hacia los demás. No es necesario insultarlos, sólo segrégalos.


El amor es tan superficial que a veces no sabe de nombres y una mirada sincera perdió todo el valor. El dinero es el dictador que decreta los permisos que necesita la moral. Ya no hay concenso para respetarnos. Lo que antes era honorable y nos impulsaba a vivir, ahora es desdeñable y nos hace reír.

Pero todo no acaba ahí, para bien o para mal.

Estamos a puertas de una guerra personal con nuestros propios espíritus y mientras eso sucede, las stories de Instagram no dejan de desviar la atención: vale más el narcisismo que entrar en nosotros. Pero no hay lío. Mientras el reloj siga su tic toc, la verdad se acerca, a la que apodamos destino, hará que el amor y el miedo que han estado en constante tensión, se enfrenten.


Una tensión que se manifiesta en un virus. En un lado del ring nuestra humanidad: amor, solidaridad, unión. En el otro, la personificación de nuestros males: miedo, angustia, egocentrismo.

Mientras la peste pasa, vuelvan a ustedes mismos. Recuerden el verdadero valor de las cosas, disfruten ese regalo tan descuidado que es el tiempo. Agradezcan, cuiden, pidan y vuelvan a agradecer.

Para que cuando la muerte nos visite, nos encuentre con toda la fuerza del amor de nuestro lado.


Saludos.

Andrés Felipe Vidal Molina



123 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comentários


bottom of page