Es una invitación a la reconciliación, honrar y restaurar nuestra relación como creaturas con el creador.
Recordar desde Adán (proviene de la tierra) que el cuerpo físico necesita ser honrado y limpiado para que nuestro espíritu siga su camino de trascendencia.
Antes la iglesia usaba la frase "polvo eres y en polvo te convertirás", recordando nuestra condición frágil y momentánea, queriendo recordar que lo que prevalece es el espíritu; ahora nos invitan a honrar el signo de la cruz (signo de redención), con la frase "conviértete y cree en el evangelio) como recuerdo que Jesús (evangelio) nos redimió del pecado. Recordarle al espíritu su origen y su adhesión a Dios.
Con el miércoles de ceniza se comienza la cuaresma, tiempo para llamarnos al orden, al arrepentimiento, a perdonar y a pedir perdón, a purificar y limpiar el cuerpo, a sanar las heridas, a ir dejando todo lo denso, y fluir en la gracia y el amor.
Permite que este signo de la cruz en tu frente te conecte con tu luz, con tu fe, con tu deseo de trascendencia y cercanía a Dios a través del signo redentor (la cruz) que su hijo nos dejó.
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