Incoherentemente han aceptado el reto de encarnar en mi plan, pero han decidido al entrar en él, que el poder en el que confiaban y alababan en los cielos, no tiene sentido ni enfoque en la tierra. Mi creación es perfecta, eres perfecto. Pero si continúas negando tu naturaleza, ¿Habrá posibilidad de redención?. No estoy ni en los cielos no en otra dimensión. Estoy siempre en ti. Estoy siempre en todo. Cuando haces daño hacia afuera, le haces daño al todo, al Dios omnipresente. Y hacerle daño a Dios es hacerte daño a ti mismo. ¿Ahora lo entiendes? Quién vive bajo mis preceptos no debería temer a las leyes con las que he estructurado mi creación. ¿Qué miedo has de tenerle al karma, si de verdad amas a tu prójimo? ¿Que temor tendrás a la ley de acción y reacción cuando tratas con respeto a la creación?¿Por qué esconderse en ideas equivocas en tu existencia por tratar de evadir la ley de atracción? Cuando te cruzas con el amor puro, te das la oportunidad de verme. En los niños, en el agua, en la tierra, en un sorbo de café. En la mirada de un ser querido, en las guerras y en la paz. En la tranquilidad de la salud y en la reflexión de la enfermedad. En la armonía de la abundancia y en la comprensión de la escasez. Dime qué quieres ver de mi y ahí estaré. Pero no puedes disfrutar la comida si no reconoces la inanición. No valoraras la salud si nunca has estado enfermo. Así que si pides mi presencia, prepárate para sentir mi ausencia. Sólo de esa manera valoraras encontrarme en ti. Siempre te acompaño, pero algunas veces no me hago notar. Cómo el padre que guarda silencio mientras su hijo estudia para no interrumpirlo, así estoy yo a tu lado en tus momentos de dolor, recordándote que sea lo que sea que te pase, estoy ahí contigo.
Andrés Felipe Vidal
Que buen mensaje